En la rica tapeztria cultural de Holguín resplandece una estrella cuyo brillo perdura a través de las décadas: Náyade Caridad Proenza Díaz de la Rocha, cuya voz, pasión y dedicación a la música lírica han dejado una marca imborrable en la historia de la cultura cubana, convirtiéndola en una figura emblemática no solo en su amada provincia de Holguín, sino también en el escenario internacional.
Náyade Proenza, una artista de excepcional talento y una pedagoga dedicada, navegó por las aguas de la zarzuela, la ópera y el canto lírico con una gracia y maestría inigualables.
Desde su temprana integración al Teatro Lírico Rodrigo Prats de Holguín, hasta sus actuaciones en escenarios de Perú y Corea, Proenza demostró ser una figura central en la promoción y desarrollo de las artes líricas en Cuba.
Reconocida por su magnífica interpretación en obras claves como "La Viuda Alegre", "Las Leandras", "Amalia Batista" y, especialmente, "La Traviata", Proenza no solo se ganó el corazón de los holguineros, sino que también se estableció como un referente de simpatía, dominio escénico y arte singular.
Su capacidad para emocionar y conectar con el público trascendió las fronteras, llevando su arte a audiencias internacionales, donde fue galardonada con el "Premio de Oro" y otros reconocimientos que resaltan su contribución al mundo de la ópera y la zarzuela.Sin embargo, el impacto de Náyade Proenza trasciende su éxito en los escenarios; su legado más duradero reside en su incansable labor como educadora. Como Decana de la Unidad Docente de Canto del Instituto Superior de Arte (ISA) en Holguín, Proenza fue pionera en la formación de nuevas generaciones de artistas líricos, dejando un legado vivo en sus estudiantes que continúan llevando el nombre de Cuba alto en el ámbito musical mundial.
El domingo 7 de diciembre de 2014, Holguín y Cuba entera perdieron a una de sus maestras más queridas y respetadas. La partida de Náyade Proenza dejó un vacío en el mundo artístico, pero su espíritu, enseñanzas y música siguen resonando en cada aula, teatro y corazón que tuvo el privilegio de conocerla.
El legado de Náyade Proenza es un recordatorio de que el arte y la educación tienen el poder de trascender la vida misma, inspirando a futuras generaciones a perseguir sus pasiones con dedicación y excelencia.
Holguín, su ciudad natal, y toda Cuba continúan celebrando y honrando la vida y obra de esta inolvidable maestra del canto, cuyo nombre permanecerá grabado en la memoria de los cubanos y amantes de la música lírica en todo el mundo. / Con información de Ventura Carballido Pupo
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