En la hazaña realizada el 26 de julio de1953, con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, -dos importantes fortalezas militares del Oriente Cubano- siete hijos de Holguín, como dignos soldados de la patria, participaron en esas heroicas contiendas.
Fueron los casos de los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz, acompañados por otros cinco compatriotas: Ernesto Tizol Aguilera y Rafael Freyre, naturales de Santa Lucía, Oriente, hoy Holguín, y los hermanos de la Villa de Gibara, Alejandro, Antonio y Armelio Ferrás Pellicer, ellos fueron protagonistas y en consecuencia abrieron fuegos en esos enclaves militares de la dictadura batistiana, buscando la libertad para la patria amada.
En ambos teatros de combate los hijos de la tierra holguinera sembraron heroísmo y revelaron los sentimientos de patriotismo legados por su insigne mambí, General de Las Tres Guerras: Calixto García Iñiguez.
El poblado de Birán, asentamiento rural del hoy municipio Cueto, encabezó como territorio holguinero con Fidel y Raúl las acciones de rebeldía nacional 68 años atrás, mientras que Gibara y el poblado de Santa Lucía, aportaron los restantes cinco asaltantes de esta provincia.
Holguín, como recogen muchos de sus historiadores, entre ellos el testimonio de la destacada investigadora María Julia Guerra Ávila, trasciende también entre los muros del Moncada porque allí tuvo a siete de sus principales protagonistas con Fidel al frente de cada una de las acciones de aquel y del siempre histórico 26 de julio.
Sobre la acción del Moncada Un grupo de jóvenes, liderados por Fidel Castro, se colocaron a la vanguardia de la lucha por la verdadera independencia de Cuba. En el año del centenario del héroe nacional José Martí, el 26 de julio de 1953. Ellos protagonizaron el asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente.
En la madrugada de ese día, 131 combatientes vestidos con uniformes del Ejército y dirigidos por Fidel, precisaban el plan de ataque. Se organizaron en tres grupos, el primero de los cuales, con Fidel al frente, atacaría la fortaleza. Los otros dos grupos, mandados respectivamente por Abel Santamaría —segundo jefe del movimiento— y Raúl Castro, tratarían de tomar dos importantes edificios contiguos al cuartel: el Hospital Civil, donde se atendería a los heridos, y el Palacio de Justicia, donde radicaba la Audiencia, desde cuya azotea apoyarían la acción principal. Cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura al Manifiesto del Moncada, redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. Gómez García leyó sus versos Ya estamos en combate y Fidel les dirigió esta brevísima exhortación:
"Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertad o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta de armas. Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad".
Asalto al cuartel Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo)
Estaba previsto, además de la toma del cuartel, que poco después un destacamento de mineros destruyera con explosivos los puentes, de manera tal que las fuerzas de la tiranía se encontraran con el casi insalvable obstáculo del río Cauto que les impediría acudir en ayuda de la guarnición del Moncada. Al no presentarse el individuo que serviría de acompañante al jefe de la acción para engañar a los militares, la táctica tuvo que cambiar. Veintiún hombres armados, dirigidos por Raúl Martínez Ararás (jefe del grupo), Antonio (Ñico López), Gerardo Pérez Puelles, Orlando Castro y Pedro Celestino Aguilera, partieron al amanecer para el combate.
Comenzaron a avanzar sigilosamente hacia la parte trasera del cuartel. Para llegar tenían que atravesar dos cercas. Pasaron por debajo de la primera, pero entre esta y la segunda encontraron un obstáculo inesperado: un montón de latas de conserva, con las que tropezaron y el ruido puso sobre aviso a la posta del cuartel. Fracasado el factor sorpresa del que dependía el éxito de la acción, el débil armamento de los revolucionarios no podía enfrentar con efectividad el fuego de los militares y los revolucionarios decidieron retirarse. La mayoría de los atacantes salvaron sus vidas gracias a la ayuda valiente y desinteresada de vecinos de Bayamo y otras localidades de la actual provincia de Granma. En el combate solo fue herido Pérez Puelles.
Jóvenes asesinados
José Testa Zaragoza, Rafael Freyre Torres, Lázaro Hernández Arroyo, Pablo Agüero Guedes, Hugo Camejo Valdés, Pedro Véliz Hernández, Rolando San Román de la Llama, Ángelo Guerra Díaz, Mario Martínez Ararás y Luciano González Camejo, fueron los combatientes asesinados.
Andrés García Díaz escapó milagrosamente, pues criminales uniformados dejaron su cuerpo creyéndolo muerto, junto a los cadáveres de Hugo Camejo y Pedro Véliz. Más tarde se alejó del lugar, recibió ayuda y presentó un testimonio impactante en el juicio posterior a los hechos.
Las acciones del 26 de julio de 1953 no fueron el fin de un esfuerzo, sino el inicio de una lucha que culminó con la victoria en enero de 1959.
Fuentes
- Sitio dedicado al 50 aniversario del asalto al Cuartel Moncada
- Revista Bohemia
- Cubadebate
- Wikipedia
- Radio Baraguá
- Fidel soldado de las ideas
- Fragmentos del artículo de Raúl Castro Ruz, publicado en julio de 1961, en ocasión del VIII aniversario del 26 de Julio: Bayamo: el apoyo vital
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