Figuras como Celia Sánchez Manduley, Vilma Espín Guillois y Haydée Santamaría Cuadrado fueron líderes destacadas en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y resultaron piezas clave en la organización y ejecución de la revolución.
Tras el triunfo revolucionario, Vilma fue una de las heroínas que destacó por su obra de justicia social y activismo. Nació el 7 de abril de 1930 y a lo largo de su vida fue una defensora incansable de los derechos de la mujer; artífice de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y presidenta eterna de la organización. Vilma trabajó activamente para promover políticas y programas que beneficiaran a las mujeres cubanas, incluyendo la educación, la salud, el empleo y la participación política. Defendió la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad cubana y luchó contra la discriminación y la violencia de género.
También se preocupó por los derechos de los niños y realizó una amplia labor para garantizar su bienestar, protección, la educación, la salud y su desarrollo integral, al promover políticas y programas que beneficiaran a la infancia en Cuba.
En el ámbito de las Naciones Unidas, representó al país y a la FMC en diversas instancias internacionales dedicadas a promover la igualdad de género y los derechos femeninos. Participó en conferencias, cumbres y foros internacionales donde abogó por la inclusión de las perspectivas de género en las políticas y programas de desarrollo, así como por el empoderamiento de la mujer en todas las esferas.
Contribuyó de forma significativa a la promoción de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y a la defensa de los derechos reproductivos y sexuales de las féminas. Su compromiso con la igualdad de género y su liderazgo en la lucha contra la discriminación y la violencia hacia las mujeres han dejado un legado duradero en el movimiento feminista internacional.
A través de su trabajo en las Naciones Unidas y otras citas internacionales logró visibilizar las necesidades y demandas de las mujeres cubanas y contribuyó a fortalecer la solidaridad entre los movimientos feministas de diferentes países. Su legado es referente para generaciones que luchan por la igualdad y el empoderamiento en todo el mundo.
Vilma Espín fue una figura inspiradora y un ejemplo de compromiso y dedicación en la lucha por los derechos de las mujeres y los niños en Cuba. Su impronta perdura en la labor continua de la Federación de Mujeres Cubanas y en el impacto positivo que ha tenido en la sociedad cubana en términos de activismo y defensa de la justicia social.
Con información de Danay Elizabeth Gallardo Labrada / Estudiante de Periodismo – Tomado de Ahora.
Vilma, heroína cubana por siempre
- Departamento de Comunicación
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