Además de su laboriosidad, a Martin se le reconoce su honestidad, hombre que ha rechazado más de una propuesta de sobornos de inescrupulosos que intentan vivir del sudor ajeno, o de panza, como se dice entre los cubanos.
Al ver los resultados de los dos trabajadores del organopónico ‘‘El Pití’’, ubicado en el reparto Harlem, queda la invitación para mayor entrega al trabajo, y con ello evitar que el sistema de la Agricultura de Holguín, mercados y placitas, no sean objeto de la crítica popular.